Göttingen: una joven ciudad vieja

Mexicanos

Como parte de mi intercambio viví durante dos meses en Göttingen (1/08/2013 – 24/09/2013).

Después de visitar Berlin fue necesario tomar un tren ICE para llegar a Göttingen, que como ya había explicado antes, fue la ciudad que el DAAD nos asignó para cursar los primeros dos meses del intercambio y llevar nuestras clases intensivas de alemán.

Fue un poco curioso llegar de una ciudad enorme como Berlin, con más de 3 millones de personas, a Göttingen, un pueblo-universidad (30% de los habitantes son estudiantes) en el ombligo de Alemania que apenas cruza los 100 mil ciudadanos.

Para mi sorpresa fuimos asignados en una residencia relativamente lejos del Goethe-Institut. Digo relativamente porque aunque con la bicicleta la distancia era recorrible en 15 minutos, estos 15 minutos significaban pasar de un extremo de la ciudad al otro. Acostumbrarse a una ciudad pequeña es rápido y fácil; acostumbrarse tener que atraversarla todos los días no.

La ciudad

Wilhelmsplatz
La plaza más importante de la ciudad

Pequeña pero divertida; así resumiría a Göttingen. Es una ciudad llena de estudiantes y en período de vacaciones (cuando yo estuve ahí) muchos de ellos regresan a sus ciudades de origen, así que se vuelve un poco desierta, limitando los días de antro a jueves y sábado.

El centro de la ciudad, Altstadt, es pequeño también pero tiene todo lo que necesitas: ropa, variedad de supermercados, helado, iglesias, y uno que otro bar por ahí. El punto central de la juventud es Wilhelmsplatz, una pequeña plaza ubicada en donde antiguamente estaba la MENSA (la cafetería estudiantil) y la cual a partir de los miércoles se ve abarrotada por grupitos de estudiantes sentados en los jardines tomando cerveza.

Hay uno que otro lago cerca de la ciudad los cuales son una buena opción para refrescarse ante los calorones. No, Alemania no es fría todo el año y si te lo dijeron te engañaron.

El Goethe-Institut

Pocas palabras podrían describir la grata experiencia que tuve en esta escuela. Ya me habían hecho saber que éste era el mejor instituto de lengua alemana y aparte que su mejor campus era el de Göttingen.

Clases de Lunes a Viernes en el turno de la tarde (¡gracias a Dios!): de 13:30 a 18:00. Quitando las dos pausas que nos daban entre clases, esto significa cuatro horas de Alemán y nada más que Alemán. Afortunadamente en mi grupo (B2) la mayoría de los estudiantes eran alumnos del DAAD de otros países, lo que terminó limitando nuestra comunicación a Alemán (era eso o hacer señas).

Goethe-Insitut Göttingen

Fue increíble la velocidad de aprendizaje que logré en esta escuela. Ni en la Prepa Tec, ni en el Campus Monterrey, ni en mi curso intensivo que hice en Berlin había aprendido lo que aprendí aquí. Es una escuela muy prestigiosa y cara, pero gracias al DAAD pude llevar mi mejor curso de alemán gratis.

Por otra parte, la escuela tiene un calendario semanal de actividades, así que nunca falta qué hacer: idas al cine, paseos en bicicleta, un tour histórico, te llevan a abrir tu cuenta de banco, hacen retas de fútbol y hasta te llevan a un simulador de terremotos. Aunque si vienes de Monterrey ya no será tan novedoso. 😛

DESafortunadamente al DAAD se le ocurrió poner clases extra algunos sábados, mismo que terminó limitando nuestros fines de semana disponibles para viajar.

Facilidad para viajar

Göttingen está en el centro de Alemania. No es el centro geográfico pero sí demográfico, así que es sencillo llegar a cualquiera de los cuatro extremos alemanes. Cerca de aquí hay ciudades como Kassel, Wolfsburg y Hannover. Todos los ICEs (trenes rápidos alemanes) que cruzan Alemania de sur a norte o viceversa pasan por Göttingen, así que no hay excusas para no viajas (excepto las clases sabatinas :P). Por otra parte, también hay una gran cantidad de conexiones por autobús, así que es relativamente barato moverse desde aquí.

Si quieres leer más acerca de las distintas formas para viajar desde/hacia/dentro de Alemania, lee esta guía que seguro te servirá.

Vale la pena

InternacionalAl inicio creí que pasar dos meses en esta ciudad me iba a sacar de quicio, pero para nada estuve cerca de llegar a ese límite. Los primeros dos meses del intercambio valen más que la pena y fueron una enorme oportunidad de conocer a personas de bastantes países.

Después también es posible hacer eso en la universidad, pero personalmente sentí mucho más la apertura cultural que logré en esta pequeña ciudad que en una metrópoli como Hamburg.

Por otra parte, el curso de Alemán no te agota y la cantidad de tiempo libre que tienes para pasear, tanto dentro como fuera de ahí, es suficiente para pasar experiencias memorables. Aparte el DAAD te chifla y te trata como rey los primeros dos meses*, ¡así que vale la pena aprovecharlos!

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