Wolfsburg: el bebé de Volkswagen

VolkswagenVisité Wolfsburg el 11 de agosto de 2013.

La primera vez que viví en Alemania no realicé viajes a ciudades alemanas por falta de tiempo y, para no mentir, por falta de interés. Recuerdo haber conocido Dresden y el tener la experiencia de estar viviendo en Berlin me hizo sentir que no había mucho más allá que pudiera llegar a sorprenderme.

Como ahora vivía en Göttingen, un pequeño pueblo universitario en Niedersachsen, eran pocas las opciones para conocer dentro y decidí junto con mis nuevos compañeros conocer algunas ciudades cercanas. El primer viaje fue a Wolfsburg, la quinta ciudad más grande del Estado pero la más rica en Alemania.

Wolfsburg es una de las ciudades más nuevas de Alemania, fundada en 1938, y tiene cerca de 120 mil habitantes. Resulta curioso que exista una ciudad tan nueva en un país tan viejo, y la razón es que la creación de Volkswagen por parte del gobierno Nacional Socialista impulsó su desarrollo. Es una ciudad planeada y dedicada a la arquitectura y de donde han surgido grandes bases para el diseño.

Actualmente es donde Volkswagen tiene su matriz y planta principal. Cuenta también con un museo pero por falta de tiempo no lo visitamos. Nuestra intención era conocer la Autostadt (ciudad del auto), una ciudad-museo dedicada por completo a la historia y el desarrollo de la industria automotriz.

La Autostad ocupa un enorme terreno y tiene una gran cantidad de edificios con diseños muy particulares. Dentro hay desde los autos más antiguos y curiosos (como el primer Audi que August Horch desarrolló o uno de los 6500 DeLoreans restantes) hasta demostraciones de autos que incluyen marcas como Volkswagen, Porsche, Lamborghini, entre otros.

Adriana y Ricardo en el lago
Adriana y Ricardo en el lago

Fue divertido caminar por las distintas banquetas en donde recorres la historia no sólo de la industria automotriz sino también de lo que se desencadenó de ellas, como las Autobahns (autopistas alemanas). Es un buen sitio para conocer y también para pasear y descansar: hay jardines enormes y hasta un lago que conecta a Volkswagen con la Autostadt y en donde puedes pedir prestado un pato (?) flotador para pasear. Definitivamente éste es un museo digno de visitar.

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